FRANCISCO Y LUIS AMIGO, HOMBRES DE FE
Aquí tienes a dos grandes creyentes que llegaron a la madurez en la fe. Para nosotros son los modelos más cercanos. Debemos, por tanto, dejarnos iluminar por ellos para avanzar en el seguimiento de Jesús. Vamos a destacar ahora los rasgos más llamativos de su camino de fe.
FRANCISCO DE ASÍS
Nació en una familia católica pero con una religiosidad tradicional, bastante superficial y un tanto desligada de la vida. Fue bautizado, sin embargo su posterior educación en la fe no fue la más idónea. Asistía a distintas prácticas religiosas que no eran significativas para él. No empezó a forjar una fe personal hasta más allá de los 20 años. ¿Como se dio esto?
A través de la BÚSQUEDA DE UN SENTIDO PARA SU VIDA. Francisco quería vivir en plenitud, ser realmente feliz. Y eso no lo encontraba en las fiestas ni en las riquezas ni en las ambiciones humanas. Tuvo que continuar su búsqueda para abrirse a valores trascendentes, a Dios. Sin embargo, la imagen que le habían presentado del mismo Dios no le satisfacía.
CUESTIONAMIENTOS DE SU FE infantil recibida de los padres y del ambiente. Si no hubiera sido intensa la búsqueda de sentido de Francisco seguramente hubiera acabado siendo un ateo. Rechazando la religiosidad que le habían dado, se hubiera quedado sin nada.
En su búsqueda, llegó a encontrarse con el Dios personal. Para ello tuvo que cuestionar la fe que había recibido con sus falsas imágenes sobre Dios. No se resigna a hacer lo que todos hacían guardando las apariencias, quiso ir hasta el fondo. Por eso el Señor le abrió al don de la fe, de un encuentro único con Él.
DESCUBRIR A DIOS EN LOS POBRES Y EN LA ORACIÓN. Las mediaciones fundamentales de Francisco para el encuentro con Dios fueron los pobres de su alrededor, el encuentro con el leproso fue decisivo, y el silencio y la quietud de la oración a la que dedicaba muchos momentos en la iglesita de S. Damián.
Siguió, pues, Francisco un camino normal en su experiencia creyente. Seguramente pasaba por momentos de desaliento e inseguridad en los que sentía lejos a Dios. Pero no se dejó llevar por emociones o sentimientos superficiales, sino que fue cultivando poco a poco ese amor hacia el Señor hasta recibir el don de su presencia.
VOCACIÓN COMO UN CAMINO DE ENTREGA MÁS RADICAL AL SEÑOR. La vocación de Francisco fue algo que derivó de esa búsqueda y encuentro con el Señor. Él solo tuvo que estar atento a lo que le pedía. Desde que optó por Él, ya no hubo cambios bruscos, simplemente dejarse llevar por el Señor a una entrega más radical.
Fue llamado a la Vida Religiosa, a consagrarse por entero a Cristo siguiendo su mismo estilo de vida en pobreza, castidad y obediencia. Pero, aún en este camino fue original, porque rompió todos los moldes anteriores de Vida Religiosa e inicio nuevas formas.
LA FE ILUMINA TODA SU VIDA: Relatar la vida de Francisco es impensable sin tener en cuenta su fe, su camino como creyente. Su gran motivación era Cristo que colmaba sus aspiraciones más íntimas, su misión cantar constantemente las alabanzas de Dios y comunicar su Buena Noticia, su género de vida la fraternidad como signo de la presencia de un Dios Amor. Toda su existencia hablaba de Dios y quedó transformada por el mismo Dios.
LUIS AMIGÓ
Él mismo nos cuenta que nació en una familia muy religiosa. Le bautizaron al poco tiempo de nacer y, ya desde pequeño, le educaron en la fe cristiana como una dimensión fundamental en su crecimiento como persona. El testimonio de sus padres le ayudó mucho. ¿Cuáles son los rasgos de su camino de fe?
CRECIMIENTO Y PROFUNDIZACIÓN EN LA FE RECIBIDA: La fe para Luis ha sido siempre el ambiente habitual en el que se ha movido su vida. No ha habido en su historia variaciones pronunciadas ni grandes crisis en este aspecto.
Recibida espontáneamente de sus padres, a los que elogia por su fe, no hizo otra cosa que preocuparse por formarla cada vez mejor, por encontrar en ella respuesta a los distintos interrogantes que le planteaba cada época de su vida, por hacer que se arraigara más íntimamente en él. La fe es un don del que es bien consciente Luis, por ello lo cuida y mima con esmero para que permanezca operante en él.
LA FE LE LLEVA AL COMPROMISO SOCIAL: El compromiso social se puede realizar solo por motivos humanitarios, pero no fue ese el caso de Luis. Tiene claro que, si ayuda a los enfermos y a los presos, si se hace cercano a los niños con problemas, es por la fe, porque su relación con el Señor le lleva a responder a su amor en esa gente.
Su compromiso es evangélico y evangelizador porque, entre todas las atenciones que les da, la prioridad es anunciarles la Buena Noticia de Jesucristo, la única que, según el, puede aportar una esperanza firme a su situación problemática.
VOCACIÓN COMO UN ENAMORAMIENTO DEL SEÑOR que le lleva a renunciar a tantas cosas por unirse y dedicarse más a Él y, en su nombre, darse a los demás. Llegó un momento en la vida de Luis en el que vio claro que el proyecto concreto que Dios le pedía para vivir su fe era la Vida Religiosa. Y, aunque tenía muchas dificultades, no cesaba este llamamiento como una voz constante en él. Fue dándole cada vez más espacio a Dios en su vida y optando de forma más radical por Él.
Tuvo que marchar a Francia para realizar ese sueño dejando a sus hermanas al cargo de un sacerdote por haber muerto sus padres. Ingresó en un convento Franciscano Capuchino de Bayona. Desde esta vocación se sentía realizado y daba cauce a todas sus energías y proyectos.
COMUNICA LA FE Y FORMA COMUNIDAD PARA LLEVAR A TODOS A DIOS: Luis fue muy apostólico, no ahorró esfuerzos para comunicar la fe que había dado sentido a su vida. Tenía predilección en este apostolado por la gente más necesitada, los presos en especial, pero también se dirigía a todos los cristianos, convocándolos a formar grupos o comunidades, en concreto de laicos franciscanos, para vivir más en profundidad su fe y hacerla más personal y comprometida. Estaba convencido que la fe se vive en comunidad y la comunidad sostiene la fe de sus miembros.
Es central en él el pensamiento de que sólo en Dios el hombre crece y se siente realizado, solo en Dios la sociedad progresa en bienestar y humanidad. Por eso encauza todos sus esfuerzos en restaurar todas las cosas en Cristo, en impregnar de Dios todo lo que le rodea. Busca potenciar sus esfuerzos incluso con las Congregaciones que funda. De esta forma va colaborando en el Plan de Dios, en la construcción de su Reino.
PASTOR Y ANIMADOR DE LA FE EN LA IGLESIA: Solo el que se ha reafirmado a sí mismo en la fe puede animar la fe de los otros. Llegó a ser obispo, pastor de la Iglesia, aunque le gustaba llamarse mejor “Zagal” del Buen Pastor. No podía ya sólo conformarse con fundamentar su fe a nivel personal. Era justamente confirmando en la fe a los demás, cuidando que todos lleguen al Señor, dando la vida por todos los que el Padre le había dado, como él salía fortalecido en su fe y dispuesto a seguir viviendo desde ella. Lo expresó con su lema episcopal: “Doy la vida por mis ovejas”.
Se sugiere para ambientar el tema los cantos del CD “Vamos en Busca”: “Un hombre que se fió”, “Guitarra de Dios”, “Profeta de Dios” y “Como tú les has amado”. Pueden escucharlos y bajarlos en:
http://www.amigonianos.org/mediateca/musica/index.htm#vamos
También la presentación y los videos que están respectivamente en las siguientes direcciones electrónicas: http://www.amigonianos.org/mediateca/index.htm (al final de la página) y http://www.amigonianos.org/fundador/luis_amigo.htm (también al final de la página).
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